Una pequeña nota para todo visitante que al igual que a mí le gusta aprender.
Mientras preparaba este reportaje sobre la boda en Sevilla en la Parroquia de la Magdalena me pregunté cómo esta preciosa ciudad llega a su actual nombre.
Busqué en el diccionario etimológico y encontré varias definiciones.
Tomo prestada una de ellas:
En la época de los tartesios se llamaba, Spal. En la de los romanos, Hispalis. Los godos la denominaron, Spalis y los musulmanes la llamaron Ishbilya. Al no existir el sonido p en árabe, la cambiaron por una b que junto a la pronunciación de la h (ishbilya) llegó a su actual nombre Sevilla
El Olor a azahar impregna sus calles. Su gente, su alegría, sus cantes, sus fiestas, sus bodas… ¡¡Olé Sevilla y olé!!
En el Hotel Al Andalus se encuentran los protagonistas de esta historia de amor: Inma y Alejandro.
Se preparan para celebrar uno de los días más importantes de sus vidas: su boda.
A punto está de llegar una pareja de novios, que en la Parroquia de Santa María de la Magdalena iban a dar un ¡Si quiero!
En Sevilla llovía con fuerza. El cielo estaba tan cubierto de nubes que pensé que se pasaría el día lloviendo.
Había quedado con Alejandro Mármol en que me recogería sobre las tres. Iríamos a el Hotel Al Andalus pues era el lugar elegido por Inma y Alejandro para prepararse. Llegada esa hora,fui al lugar donde hablamos quedado y allí se encontraba en su coche. A ritmo de sevillanas nos fuimos al encuentro de los novios.
Subimos a la cuarta planta llamamos a la puerta y nos abrió un sonriente Alejandro. Nos comentó que se encontraba algo nervioso y que podía imaginar cómo estaría Inma (cada vez llovía más)… La sorpresa me la llevé cuando llegamos a la suite donde se encontraba ella. Estaba radiante, con una sonrisa amplia nos dio la bienvenida (tengo que decir que en ningún momento la encontré nerviosa), habían comenzado a maquillarla y sonreía constantemente.
Así comienza la gran aventura de estos novios que decidieron celebrar Su boda en Sevilla, en la Parroquia de Santa María de la Magdalena y el convite en la Hacienda el Arenos. Todo lleno de encanto, alegría, vino, sidra y, sobre todo, mucha felicidad.
De la mano de Alejandro Mármol, gran fotógrafo de boda, llego esta boda en Sevilla, en la Hacienda El Arenoso, para trabajar con él, en uno de los días más importante de los recién casados: Inma y Alejandro, sevillana ella y asturiano él.
Ser fotógrafo de boda me permite realizar un trabajo lleno de emociones, sentimientos, alegrías, nervios… Viajar y conocer nuevas personas. Emocionarme y sentir la vida de forma intensa.
Preciosas las fotos Charo, he visto el reportaje una y otra vez, y no me canso de verlas. Enhorabuena!!! Un beso y un abrazo 😉
Me parece increíble, los bellos de punta. Que orgullosa estoy de tí, eres increíble en todos los sentidos, ya lo sabes. Profesionalidad y sencillez unidas.
Doble romanticismo. Es increíble cómo capturas ese ambiente íntimo con tanto invitado alrededor. Un placer.
Mientras veía tus fotografías pensaba en el reportaje de mi boda. Antes las fotos de las bodas eran realizadas por fotógrafos, la mayoría, inmersos en la rutina fotográfica. Muy pocos eran artistas: personas de mirada investigadora, concentrada y libre para hacer de ese acontecimiento algo único.
Charo, en tus fotos siempre veo libertad y mucho duende. La gente que acepte ser fotografiada por ti, puede estar segura del resultado genial de tu trabajo.
como siempre querida amiga un trabajo magnifico, si un día me caso la fotos serán de Charo Gonzalez…
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