Cuando llegamos, tocamos el timbre de la casa y nos abrió la puerta Belén, aunque la noté algo nerviosa, cosa normal por ser el día que era, se mostraba feliz. Javier se encontraba también allí y nos ofreció una de sus amplias sonrisas, él siempre sonríe ¡me encantan las personas así!
En aquel momento se encontraban preparando un rico desayuno y querían disfrutar de él en una amplia terraza que tenían en su casa.
Y así daba comienzo uno de los días más señalados en la vida de esta pareja: su boda.
En un lugar cualquiera de Madrid se está preparando un rico desayuno. Son las diez de la mañana.
Belén y Javier, esta pareja de enamorados, deciden casarse y hoy es el día de su boda.
–Amor, Te dejo música en el pen ¡Qué la disfrutes mientras te arreglas! -escribe Javier a Belén en una nota.
En cada mirada, en cada gesto, en cada caricia, se percibe el amor que Belén y Javier se tienen y ¡me emociona!
Comienza el rito que precede a la ceremonia
“…Cómo me gusta cuando te vistes disimulando que estás sola, aunque ya sabes que estoy mirando…”
Un tema de Sergio Dalma suena de fondo…
Vamos vestidos de la alegría del lino, de la flor, de las manos enlazadas, blanco y oscuro, de puro encanto se han encendido los rostros. ¡Que hermosa es la luz de tu mirada! y ¡qué corte de príncipes y trono!
Un beso es… no seas loca…
¿Por qué me preguntas eso?
¡Junta tu boca a mi boca
y sabrás lo que es un beso!
Boda en el Gran Hotel de Las Roas Madrid.
A las diez de la mañana vino a recogerme Manu Jiménez, (gran fotógrafo de bodas, amigo y compañero de aventuras) ¡Nos íbamos de boda a Las Rozas! Se casaban Belén y Javier.
Manu Jimenez acordó con ellos la hora para continuar el reportaje de boda (habíamos terminado la primera parte) pues teníamos que recoger a Silvia Calvo para continuar por la tarde.
Cuando llegamos preguntó Manu qué habían decidido y ambos decidieron vestirse en el mismo lugar, su hogar. Belén ayudó a Javier entre caricias, besos y abrazos. Risas y más risas; nos contagiaban su alegría. También tengo que decir que los nervios hicieron su presencia, hubo un momento de tensión, pero es tan normal que pase esas cosa en un día como este, además yo pienso que es como se debe vivir este día.
Una vez concluido los preparativos, al poco tiempo, la familia iba llegando a la casa, nos encontramos con esas miradas llenas de sorpresa al ver a los novios con sus trajes de gala ¡Qué guapo estaba Javier! ¡Qué hermosa se encontraba Belén!
La idea era sorprenderse el uno al otro y el resultado fue ¡fantástico! iban de una sorpresa a la otra. Habían preparado una boda en la que no faltaba ningún detalle.
Lo que más llamaba mi atención era el amor que siente el uno por el otro. Con qué cariño se hablan, se miran, se acarician.
Tengo muy presente cuando conocí a Belén y Javier y fue el día que hice su preboda. Manu Jiménez, amigo, compañero y maestro pues de él se aprende mucho. Me dijo que quería que fuera con él también a la boda pues era consciente de la empatía que se había generado entre nosotros y la verdad es que me alegré mucho, pues había tomado mucho cariño a Belén y a Javier.
Gracias Manu Jiménez por darme la oportunidad de realizar este reportaje a tu lado y por haber conocido a esta pareja tan especial.
Gracias Belén y Javier por los ratos tan buenos que pasé con vosotros.
De nuevo puedo decir que me siento muy orgullosa de ser fotógrafo de boda. Sentir la emoción que me provoca las personas como Belén y Javier ¡es maravilloso!
Puedes ver las fotografías de la Preboda
Muy bonito reportaje Charo, me gusta tu visión de este día tan especial para los novios.
Me gusta en especial el principio, los preparativos.
Un abrazo!.
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